Enfermedades Cardiovasculares

De acuerdo a un Comunicado Científico, publicado por la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) realizar actividad física regular como caminar, correr o nadar, produce cambios cardiovasculares que aumentan la capacidad de resistencia y fuerza de los músculos. La actividad física habitual también previene el desarrollo de la Enfermedad Coronaria y reduce los síntomas en pacientes con Enfermedades Cardiovasculares. Existe evidencia científica de que el ejercicio reduce el riesgo de otras enfermedades crónicas, incluyendo diabetes tipo 2, osteoporosis, obesidad, depresión, cáncer de mama y colon.

Según este mismo documento, la actividad física previene y ayuda a tratar muchos factores de riesgo ateroscleróticos, como la presión arterial elevada, la resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa; las elevadas concentraciones de triglicéridos, concentraciones bajas de colesterol de lipoproteínas de alta densidad y la obesidad.

La evidencia respalda la recomendación de Centers for Disease Control and Prevention (Centros de Control y Prevención de Enfermedades) y del American College of Sports Medicine (Colegio Americano de Medicina del Deporte) de realizar 30 minutos o más de Actividad Física.

Los profesionales de la salud deben prescribir programas de actividad física e ir aumentando progresivamente la actividad según lo tolerado.