El deterioro cognitivo ha sido relacionado durante décadas como un proceso normal del envejecimiento. A partir de los 50 años el cerebro empieza a reducir su tamaño así como su plasticidad. Los olvidos a partir de esta edad empiezan a verse como algo “habitual”. Sin embargo, no todo deterioro cognitivo puede considerarse como algo normal.
Según un estudio publicado por BMC Public Health, el Deterioro Cognitivo Leve es diagnosticado en personas mayores con problemas de memoria que no pueden ser diagnosticadas con enfermedades neurológicas o psiquiátricas, y cuyo estado no les impide realizar las actividades de la vida diaria. Un término utilizado en este mismo estudio; es el Deterioro Cognitivo No Demencia o también llamado Deterioro Cognitivo Sin Demencia. Esta es una condición anormal y puede ser diagnosticada a partir de un historial que incluya cuadros de delirio, abuso de substancias o enfermedades psiquiátricas. Aunque no es considerada una condición extrema, sí que causa preocupación a quien lo padece.
La Demencia, así como las enfermedades anteriores, es diagnosticada principalmente en personas mayores de 65. Estas enfermedades son incapacitantes para quien las padece. Existen distintos tipos de demencia, entre ellas una de las más conocidas es la enfermedad de Alzheimer. Tanto esta como los demás tipos no tienen cura.
Pero, ¿El deterioro cognitivo y la demencia pueden prevenirse?
Existe evidencia científica de que el estilo de vida juega un papel importante a la hora de prevenir el deterioro cognitivo.
Un estudio realizado en Minnesota, probó que realizar actividad física a una edad avanzada (65+) reduce en un 32% la probabilidad de padecer Deterioro Cognitivo Leve. Y se reduce en un 39% en aquellos que empiezan a realizarla a una mediana edad (55-65).
Otro estudio realizado en Canadá, demostró la reducción en un 42% del Deterioro Cognitivo No Demencia en pacientes mayores de 65 años. Este mismo estudio, demostró la efectividad de realizar actividad física en mujeres mayores de 65. Reduciendo la probabilidad de padecer demencia en un 50%, y la probabilidad de padecer Alzheimer en un 60%.
Las conclusiones dieron como resultado que realizar actividad física regular representa un factor importante de protección en personas mayores para prevenir el deterioro cognitivo y la demencia. Los resultados también demostraron que entre más joven se comience a practicarla menos probabilidad se tiene de padecer estas enfermedades.