¿Cómo mantenerme activo después de la jubilación?

Cómo mantenerme activo después de la jubilación

La Actividad Física puede reducir significativamente el riesgo de morbilidad y mortalidad en la edad avanzada, sin embargo, los adultos mayores no participan en suficientes niveles de Actividad Física. La transición a la jubilación representa una oportunidad crítica para intervenir para cambiar el comportamiento físico y, a su vez, promover el envejecimiento saludable.

La jubilación ha sido asociada en algunos estudios con el aumento en los niveles de actividad física en algunas personas. Estos estudios examinaron los cambios en la actividad física a lo largo de la transición a la jubilación. Demostraron que el estatus socioeconómico moderaba los efectos positivos y negativos sobre la actividad física post retiro.

Las personas que se retiraban de ocupaciones manuales, las cuales significaban hacer un mayor esfuerzo físico durante su vida laboral, mostraron una disminución del nivel de actividad física después de la jubilación. Mientras que las personas que se retiraron de ocupaciones en oficina o trabajos no manuales mostraron un nivel mantenido o aumentado de actividad física después del retiro.

Según un estudio publicado por El Diario Internacional de Comportamiento Nutricional y Actividad Física (International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, IJBNPA). Algunos motivos de porque las personas siguieron manteniendo una estilo de vida físicamente activo, fue haber tenido un mayor conocimiento acerca del envejecimiento durante la juventud. Haber participado en actividades físicas toda la vida, les ayudó a seguir con una participación continua después del retiro.

También la concienciación de los beneficios que la actividad física puede proporcionar. Por ejemplo, algunas personas la vieron como una herramienta para socializar o para crear una estructura diaria al tener una rutina. Por otro lado, en las personas en las que se vio disminuida la actividad física, regularmente las causas fueron por la falta de tiempo y el bajo valor asignado a mantener una vida físicamente activa. Esta última ocurrió particularmente en las personas que se retiraron de las ocupaciones manuales.

La mayoría de los participantes en este estudio reportaron un aumento en su disponibilidad de tiempo después de la jubilación, lo cual fue percibido como un factor clave para facilitar un comportamiento físicamente activo. Algunos participantes informaron que el ejercicio no fue una prioridad durante el tiempo libre cuando aún estaban en campo laboral. De hecho, los participantes a menudo informaron que usaron el tiempo disponible para alcanzar otros objetivos a los que se les dio mayor prioridad, como las tareas domésticas.

Aunque el aumento en la disponibilidad de tiempo después de la jubilación es un cambio positivo que podría facilitar el comportamiento activo, tener más tiempo también puede conducir a aplazar constantemente la realización del ejercicio.